Porque irse tan lejos!
La primera vez que alguien me pregunto por qué queria vivir en Europa, irme tan lejos… mi respuesta fue: porque me gusta caminar! Y creo que sigue siendo mi razon.
Amo mi pais y mis costumbres, la comida y hasta las telenovelas, pero aqui donde estoy, tengo la libertad de ir y venir en mis propios pies.
En México, las ciudades son tan grandes que no te dejan caminarlas, o tan pequenas que no sales del mismo lugar. Luego, esta toda la conotacion de que si el transporte publico es horrible, peligroso, que hace calor, no es conveniente, o es naco…que va a decir la gente, o que hueva!! Como si el caminar fuera de mal gusto, tonto o inutil.
En México me sentia presionada a vivir de cierta manera, aqui me siento libre para caminar a mi ritmo y hacia donde quiera, y es lo que hago. Para el master caminaba al tren, viajaba hacia Leuven y caminaba de nuevo al salon, aqui en Bruselas caminaba hacia Charlemagne (el edificio de relaciones exteriores de la Comision) por treinta minutos desde mi casa, pasando por el pequeno y el gran Sablon, el distrito de anticuarios, un area elegante de Bruselas, admirando los tulipanes lilas al lado de la iglesia, el pan de chocolate de la whitamer o la fuente de chocolate de godiva. Pero no solo veia la comida, tambien veia los arboles alrededor de la plaza, la gente que caminaba junto conmigo hacia el Monte de las artes, la estatua de Godofredo I rey de Jerusalem en medio de la plaza, como vigilando el resto de la ciudad. Pasaba por el parque real, entre los arboles y las estatuas siguiendo hacia la rue de la loi. Mi ruta cambiaba dependiendo de mi humor.
En mi nuevo trabajo camino quince minutos (o menos) por nuevos caminos y a distintas horas (pero antes de las 9:30) y como termino temprano, me tomo el tiempo de caminar por otros lugares, descubriendo nuevas calles. Me siento un poco como Amelie Poulain, tratando de adivinar como vive la ciudad.
Pero esto no significa que no regresare a Mexico, simplemente aun no me siento lista, necesito ganar fuerzas para vivir en mi propio pais con mis propios pasos. Siento que si me regreso ahora, dejaria de caminar, de cuestionarme, de descubrir y de ver las cosas desde afuera. Aun quiero seguir caminando, lo malo (o quizas lo bueno) es que me gusta Bruselas, y es seguro que si sigo caminando la voy a extranar!