Bueno, a petición del publico y sobre todo por los casi dos años de cohabitación (mas otros 4 de relación) que llevo con Mr. D, les voy a platicar sobre la vida en pareja.
Vivir con otra persona (sea tu novio, tu amiga, tus padres o tus hermanos) requiere de mucha tolerancia. La clave esta en: 1. el respeto al espacio vital; es decir, la necesidad de estar en silencio de vez en cuando, de leer en paz o ver la tele. Cuando estaba en la universidad me sorprendía cada vez que llegaba a casa de mis amigas de Obregón y que cada una estaba en su mundo, ahora entiendo que en realidad era esa necesidad de tener cada quien su espacio. 2. el respeto al espacio físico común, dejarlo hacer y no estar detrás de la otra persona para que limpie o coopere. La otra persona debe de sentir la libertad necesaria para organizar su espacio físico de tal manea que le sea conveniente, no impuesto!
Cuando se esta en pareja, el espacio vital se convierte en algo engañoso, las mujeres por ser melosas queremos estar todo el tiempo llenando los silencios, haciendo conversación, y si el hombre hace cara fea, nos sentimos mal y creemos que esta siendo egoísta porque no quiere conversar con nosotros, cuando en realidad lo único que quiere es poder disfrutar de su espacio. Para ello, como persona, como mujer es importante tener actividades propias, amigos propios y mantenerse cierta independencia y distancia sobre la pareja. Es fundamental contar con un proyecto propio que nos apasione, ya sea un trabajo, un grupo de amigos realizando alguna cosa, algo fuera de la casa, de los hijos o de todo lo que tenga que ver con el hogar; de esa manera, podemos tener cierta distancia, y al llegar de nueva cuenta a casa, la vemos como algo agradable, no algo impuesto que tenemos que manejar. Por experiencia personal les digo que cuando paso todo el fin de semana con Mr. D, hay un momento en que ya no lo quiero ver – y lo mismo le pasa a el- y no porque no lo quiera, simplemente porque necesitamos cierto espacio. Piénsenlo en términos de amistad, adoran ver a sus amigos, pero hay veces que simplemente no tienen ganas de verlos!!! Es lo mismo con la pareja, solo que como es “la pareja” eso de tiempo aparte, o darse espacio es un tema tabú!!
El espacio físico y como se maneja es fundamental, como mujeres mexicanas tenemos ciertas ideas de cómo deben ser las cosas: la sala no se utiliza, solo para las visitas, los papeles deben de estar escondidos y ordenados, la ropa doblada, los trastes se recogen y se lavan después de usarse (y si es posible mientras se cocina), hay que limpiar las manchas, y tantas, tantas… otras cosas. Pero los hombres no funcionan de la misma manera, a ellos no se les ocurre que los platos se laven después de comer, o ni siquiera que los papeles deben de esconderse. Mi mayor problema con Mr. D es su obsesión con escribir en cualquier papel que se le ocurra (sobre todo los sobres que recibe), así que hay sobres por todas partes que no puedo ordenar porque luego no encuentra el orden (su orden). Para él, su mayor problema es mi obsesión compulsiva por esconder todo! Por cubrir la casa como si nadie viviera ahí! (cita textual!)… y pues ni modo, hay que ceder, es su casa también, y hay que compartir el espacio (aunque resulta difícil después de tantos años de educación de cómo debe de ser una mujer de su casa!), así que llegamos al acuerdo de que yo no muevo sus cosas, a condición de que el las deja en un solo lugar (y hasta le hice una caja para que ponga sus sobres –que por cierto ya esta repleta!! – por lo que el nuevo lugar es un sillón de la sala – y cada que tenemos visitas tiene que moverlas!).
La ultima confrontación con respecto al espacio físico fue la semana pasada que encontré un librero en la calle (aquí dejan los muebles afuera de la casa y quien quiera se lo puede llevar), que nos va a servir para poner los libros que hemos ido adquiriendo (estamos siendo invadidos por los libros!!!). Deje que Mr. D se ocupara de el (aunque mi primer instinto fue correr, agarrar un trapo para limpiarlo y ordenar el desmadre de libros que tenemos en la casa!!!) , tardo dos días en encontrar un trapo para limpiar el mueble. Una tarde llegue y ya había acomodado los libros en el, de una manera que jamás se me hubiera ocurrido: en la parte de arriba, de manera horizontal puso los libros que quiere que los demás vean cuando lleguen a la casa (ocupando todo el espacio que yo había concebido para poner mis plantas), en la parte de abajo puso los libros que quiere leer, que ya leyó y los otros. Luego, las puertas las abrió para mostrar lo que había adentro! Respire profundo.. y lo único que dije fue que necesitaba espacio para poner las plantas o el trofeo del concurso de la sopa (nótese la presión para que vea que también son sus cosas que están ahí). Al final acepte que las plantas se queden en la ventana donde antes estaban los libros y el acepto hacer espacio para el trofeo!!!
Pero no todo es malo, tiene sus recompensas eso de vivir juntos, tomar café por las mañanas, cocinar juntos y hacer de la casa un espacio para los dos, no solo para una. Al principio me costo trabajo el aceptar los silencios, pensé que tenia que ser mas entretenida, y me parecía extraño que quisiera tener tiempo solo! Comprendí que los tiempos en que las mujeres eran educadas para entretener al marido y andar detrás de el para limpiar el desorden que hacia se acabo! Ahora es trabajo de los dos y para los dos, aunque he de confesar que me gusta cocinar para las dos, comprar cosas para la casa y hacer lo típico de las mujeres.
Un consejo: al vivir en pareja hay que compartir, y estamos demasiado acostumbradas a ordenar la casa, decorarla bonito, pero nunca nos enseñaron que debemos compartir el espacio, hacer que el marido/novio/o lo que sea se sienta parte del hogar que estamos creando, involucrado en la decoración, la limpieza, las compras. No debemos controlar todo, y de vez en cuando los silencios son buenos, y el espacio es vital.